¡Es una buena pregunta que me gustaría escuchar más a menudo! El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que “Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos” (CIC n.º 2223). Esto incluye la educación en nuestra fe. Como padres, les corresponde tomarse en serio la preparación de sus hijos a los sacramentos. Así que gracias por tomarse en serio esta responsabilidad. 

He aquí algunos consejos prácticos:

1. Averigua con tu párroco o líder de formación en la fe qué conocimientos se espera que tenga tu hijo antes de recibir los sacramentos. Es bueno que sepas lo que tu hijo necesita saber. Tómate tu tiempo para ponerte en contacto con tu párroco o con la oficina de formación de tu parroquia para informarte de lo necesario, de modo que puedas empezar a tener conversaciones con tu hijo en casa sobre los sacramentos.

2. Comparte historias con tu hijo sobre cómo los sacramentos han afectado tu vida. Si no sabes cómo hacerlo, prueba primero contarte esa historia a ti mismo, escríbela y dila en voz alta. Luego piensa cómo explicarías ese “momento Jesús” a un niño de 9 años. Está bien ensayar conversaciones importantes. Tu hijo necesita saber que los sacramentos son importantes para ti y por qué lo son. 

3. Asegúrate de conocer lo que la Iglesia enseña sobre estos sacramentos. Todo está en el Catecismo. Busca los párrafos sobre los sacramentos y familiarízate con lo que enseña la Iglesia. Esto es indispensable para responder a las preguntas que tu hijo pueda hacerte y te convertirá en un mejor maestro de la fe.

4. Una vez que tu hijo haya identificado a su santo de Confirmación, dedícate a aprender sobre el santo y coméntalo con tu hijo. Hay muchas cosas que puedes hacer para reforzar la presencia del santo en su vida: consigue una estatua, una imagen, o una tarjeta de oración para ayudar a que tu hijo tenga algo que le recuerde esta relación celestial. Busca una película o un vídeo de YouTube sobre el santo, si existe, pero refuerza la relación entre tu hijo y el santo a lo largo de su formidable vida.

5. Lleva a tu hijo a confesarse en los meses previos a su recepción de la Confirmación y la Sagrada Comunión. Puede que tu parroquia ya haga de esto habitualmente, pero como padre, tú puedes demostrar mediante tus acciones que es importante confesar regularmente los pecados para estar en las mejores condiciones para recibir la gracia de Dios en el sacramento de la Sagrada Comunión.

6. No olvides el arma más poderosa que tienes a tu disposición: ¡LA ORACIÓN! Reza por tu hijo para que reciba la gracia de los sacramentos con un corazón agradecido y con curiosidad por acercarse más al Señor cada día de su vida. Y recuerda, ¡tú deberías ser su modelo de cómo se ve esto!